Protocolo

El mundo está experimentando cambios dramáticos que conllevan al surgimiento de una nueva fase de desarrollo de los países, en la que el conocimiento pasa a desempeñar un papel crucial en la reproducción económica y social, al tiempo que los procesos económicos-sociales y la interacción entre los agentes y entre los países adquieren una dimensión espacial global. En ese nuevo escenario surgen nuevos determinantes del desarrollo de los países ligados a procesos de aprendizaje e innovación, así como nuevos desafíos y oportunidades para los países en desarrollo.

 

Diversas corrientes teóricas han abordado la problemática desde aspectos diversos: del cambio “tecnoeconómico” y evolutivo, de la teoría del conocimiento y la información, desde la perspectiva espacial, del punto de vista de las cadenas de valor y las nuevas modalidades de empresa, de la incidencia de las instituciones en la economía y el replanteamiento de las teoría del desarrollo, etc; sin que hasta ahora haya sido formulada una aproximación teórica integral y de conjunto que aspire a dar cuenta coherentemente del conjunto de la problemática.

 

En el momento actual, esa nueva fase de desarrollo ha agotado una primera etapa de su despliegue, caracterizada por el predomino del nuevo capital financiero internacional bajo la envoltura político e ideológica del neoliberalismo, el cual ha posibilitado la máxima expansión de aquél a costa del capital productivo y de las potencialidades de acumulación y crecimiento de los países en la nueva fase, lo que ha derivado en la reciente crisis financiera y productiva global, 2007-2009. Se abre entonces en la recuperación actual un escenario inédito: los sujetos económico-sociales, así como la intelectualidad, enfrentan el gran desafío de formular una elaboración superior al neoliberalismo de carácter político, ideológico, cultural e institucional que posibilite la máxima expansión de la nueva base tecnológico-productiva, subordinando a su racionalidad al nuevo capital financiero internacional y dando paso a una segunda etapa de despliegue marcada por la inclusión social.

 

 

En ese marco, el Programa sobre Globalización, Conocimiento y Desarrollo desde la perspectiva mexicana (PROGLOCODE) es un programa de investigación interdisciplinario e interinstitucional promovido por diferentes dependencias de la UNAM, con participación individual de numerosos investigadores nacionales y extranjeros de otras dependencias e instituciones, que pretende contribuir a generar una visión coherente, integral y de conjunto de la problemática anteriormente esbozada, específicamente desde la perspectiva de los países en desarrollo y particularmente de México.

Problemática a Estudiar

 

El Programa de investigación tiene por objetivo estudiar los retos y oportunidades de desarrollo de la economía y la sociedad de México en la nueva economía global del conocimiento, a partir de la comprensión de las tendencias de desarrollo de ésta, así como de la experiencia histórica de los países en desarrollo que han logrado los avances más importantes en este marco. Por esta razón, el punto de partida es el estudio de los cambios más recientes de la economía mundial determinados por la revolución informática, la incorporación de conocimiento en la producción y su valorización así como la globalización, para desde ahí, abordar las nuevas condiciones de la competencia internacional y del desarrollo de los países, específicamente de los países en desarrollo y de México en particular, como a continuación se explica.

 

Desde hace más de dos décadas numerosos economistas, sociólogos y estudiosos en otros campos de las ciencias sociales, comenzaron a observar que bajo los efectos de la revolución informática y la globalización, la economía y la sociedad mundial entraban en una nueva época histórica de desarrollo que ameritaba la utilización de nuevas denominaciones como las de, inicialmente, economía y sociedad posindustrial. Posteriormente, en la última década del siglo anterior y en el marco de la vertiginosa expansión mundial de la nueva economía informática y la incorporación del conocimiento en la producción, aparecieron nuevas denominaciones como las de “sociedad red” o “de la información”, o "basada en la información", economía digital, economía red, economía electrónica, nueva economía, economía del conocimiento o capitalismo cognoscitivo o cognitivo, que cuando se vinculó con la problemática de la globalización dio lugar a conceptos como el de economía global del conocimiento. Últimamente, esta temática ha ido ampliándose para incluir otros aspectos conexos como lo son las relaciones entre el nuevo tipo de economía con el neoliberalismo, en tanto proyección político-ideológica, y el cual posibilitó la máxima expansión de un nuevo capital financiero especulativo que se encuentra en el origen de la crisis financiera global de los últimos años.

 

Con base en algunos autores, el programa retoma las denominaciones de economía y sociedad del conocimiento, por considerar que son conceptos que expresan precisamente uno de los aspectos centrales de la nueva fase del desarrollo económico actual: la conversión del conocimiento en la principal fuerza productiva de nuestra época a partir de la nueva base tecnológico-productiva generada por la revolución informática. La nueva fase de desarrollo conlleva al estrechamiento de las relaciones entre la nueva base industrial-productiva, o sector electrónico-informático (SE-I), y el sector propiamente cognitivo o científico-educativo (SC-E). Pero dentro del SE-I tiende a adquirir una importancia creciente la industria de servicios de telecomunicaciones, incluyendo a internet, y su proceso de convergencia tecnológica y de integración de los servicios con la industria de contenido, lo que sugiere la conveniencia de una nueva denominación del SE-I como sector electrónico-informático y de las telecomunicaciones (SE-IT). La incorporación al núcleo central de la producción, tanto de la ciencia y la educación como de la comunicación social y sus múltiples contenidos, otorga también una mayor relevancia al desarrollo cultural de los pueblos como condicionante de la diferenciación productiva de los países.

 

Esta conjunción de nuevas condiciones productivas configura un nuevo patrón productivo (jerarquía de ramas y sectores productivos macroeconómicos), una nueva división social e internacional del trabajo y un nuevo ciclo industrial que determina la dinámica económica. Asimismo, conforme a lo indicado anteriormente, se pretende estudiar la relación entre el nuevo patrón productivo, el nuevo capital financiero y el papel de la política, ideología e institucionalidad neoliberales durante las tres últimas décadas, por considerar que este tipo de factores ha incidido en sentido negativo y de manera directamente sobre las modalidades, amplitud y potencialidades de pleno despliegue de la revolución informática, el conocimiento social y la amplitud y objetividad de la información, planteando así la necesidad de reformas institucionales, culturales y socio-políticas muy profundas.

 

En el ámbito productivo, la nueva articulación entre el SC-E y la producción social, así como el nuevo ciclo industrial tienen múltiples implicaciones socioeconómicas, institucionales y organizacionales, como las siguientes: 1) la emergencia de nuevos paradigmas de práctica óptima, derivados de la confluencia entre la electrónica, las comunicaciones y los métodos japoneses de producción y organización que incorporan la calidad y el conocimiento vivo en la producción; 2) la centralidad del trabajo intelectual, el llamado capital humano y los procesos de aprendizaje organizacional en el conjunto de la producción social; 3) la autonomización y separación de las fases de concepción y diseño del producto, respecto de la fase propiamente manufacturera de su elaboración y la posibilidad de su disgregación espacial mediante relaciones de subcontratación (outsourcing) que están en la base de la nueva empresa-red; 4) la aparición de un nuevo patrón de competencia global de naturaleza sistémica, basado en la pugna por los activos de conocimiento y las rentas tecnológicas a lo largo de las cadenas de valor, con nuevos participantes como la nueva empresa-red y los llamados “sistemas nacionales de innovación”; 5) el papel cada vez más importante de las industrias de servicios de telecomunicaciones y su convergencia con la de contenido en la conformación de la opinión pública, la difusión y el carácter de la información y los aspectos valorativos y sociales del conocimiento, como aspectos fundamentales para una difusión social del conocimiento y la incorporación generalizada de la población a los procesos de cambio; y 6) un nuevo tipo de jerarquía de países, regiones y localidades, a favor de aquéllos con mayor desarrollo y articulación exitosa entre el SC-E y SE-I, con mejores condiciones de integración en el mercado mundial y mayores logros político-institucionales y culturales, proceso en la cual han sido los países que han logrado sustraerse a los lineamientos político-ideológicos del neoliberalismo, para proseguir una vía de integración de acuerdo con un proyecto de desarrollo nacional propio, los que han conseguido procesos de ascenso industrial más exitosos.

 

En su dimensión espacial más amplia, lo expuesto dio lugar a la globalización del espacio económico mundial a partir de, por lo menos, cuatro tipos de factores sustancialmente nuevos que definieron la lógica del desarrollo económico mundial:

A) La conformación de una base productiva mundial en torno a las cadenas productivas globales y la nueva división global del trabajo, como combinación de parámetros tecnoproductivos de integración vertical (diseño-manufactura-ensamble-servicios) y de determinantes sociogeográficos de distribución horizontal (espacial), como los diferenciales internacionales de costo y calificaciones laborales y demás aspectos estructurales y políticos relevantes para la localización de la producción mundial.

B) La conformación de un enorme stock mundial de información digitalizada accesible bajo formas muy diferentes de disponibilidad social y cultural (monopolios cerrados de conocimiento codificado, información social de libre acceso y toda una gama de formas intermedias de accesibilidad), así como nuevos instrumentos electrónicos e informáticos para obtenerla, procesarla y aplicarla productivamente.

C) La aparición de un nuevo tipo de desarrollo económico propio de las nuevas condiciones mundiales, basado fundamentalmente en el papel del aprendizaje organizativo y la gestión pública en un doble nivel: a) el de la integración ascendente (upgrading) en las cadenas productivas globales, y b) el del desarrollo de los sistemas nacionales de innovación para elevar la competitividad global de las economías nacionales y regionales (logros en materia de infraestructura científica-educativa y vinculación a la producción).

D) Los cambios productivos y espaciales esbozados previamente han tenido lugar en el marco de una vía de desarrollo predominante a escala mundial, determinada por los lineamientos político-ideológicos del neoliberalismo, consistentes en la racionalización de la trama social e institucional heredada de la fase de desarrollo precedente, para crear las condiciones económico-sociales más favorables para la máxima expansión del nuevo capital financiero internacional emergido en los años ochenta del siglo anterior.

 

 

La expansión del nuevo capital financiero –independientemente de sus consecuencias desestabilizadoras para diversos países en desarrollo— se ha transformado de una fuerza inicialmente impulsora del despegue del nuevo patrón productivo internacional, en otra cada vez más obstructiva, parasitaria y globalmente desestabilizadora de la economía mundial; proceso regresivo que tiende a afectar cada vez a los propios países de mayor desarrollo tecnológico. Este fenómeno comenzó a insinuarse muy claramente a partir de la conformación y el estallido de la burbuja financiera en torno al índice NASDAQ a comienzos del nuevo siglo, para culminar en los enormes procesos especulativos en torno al sector inmobiliario que condujeron a la reciente crisis mundial.

 

 

El mundo asistió, entonces, a una enorme plétora de capital financiero global, resultante sobre todo de la ampliación de la esfera de valorización financiera y del conjunto cada vez más complejo de nuevos instrumentos y agentes financieros. Tal proceso conjugó los “logros” cognitivos más reciente de la ingeniería financiera con la evasión del gran dinero hacia los paraísos fiscales y la difusión y socialización del riesgo especulativo privado, para dar lugar al más amplio proceso de desconocimiento y desinformación de los montos y la localización del dinero mundial, que alcanzo tanto a los Estados, como a los propios bancos y aún los mismos inversionistas, particularmente la gran masa de pequeños inversionistas privados.

 

En lo que se refiere a México, la integración del país a la nueva realidad mundial se dio a partir de un SE-I muy heterogéneo, un SC-E poco desarrollado, escasa integración entre ambos sectores y una débil relación de ambos con la base productiva nacional. Adicionalmente, el Estado es extremadamente débil y pasivo, carente de armadura institucional regulatoria y capacidad fiscal por la masiva evasión impositiva de las grandes fortunas, además de estar muy sometido a los imperativos de los grandes grupos empresariales, las presiones externas de Estados Unidos y sus compromisos con la institucionalidad neoliberal mundial.

 

 

La importante industria electrónica de exportación del país está dominada por las grandes empresas trasnacionales del sector bajo una modalidad maquiladora, con casi nula participación de las empresas nacionales, y, consecuentemente, escasos nexos con la producción nacional. Asimismo, la industria de servicios de telecomunicaciones se ha expandido importantemente en América Latina y Estados Unidos (servicios a la población de origen hispano), proceso que se ha sustentado en un desarrollo en el país a partir del monopolio de las redes de telecomunicaciones, la imposición de sobreprecios internos de los servicios y la consecuente extracción de grandes sobreganancias, una calidad media-baja de los servicios, escasa penetración en la sociedad y una gran afectación del desarrollo potencial de internet, que, no obstante, resulta crucial en las nuevas condiciones de la competencia mundial, por las razones señaladas anteriormente. Un fenómeno similar tiene lugar en las telecomunicaciones centradas en la industria televisiva y la industria de contenido, en donde un duopolio (Televisa-Azteca) opera en condiciones de mercado semejantes a las del monopolio Telmex-Telcel; grandes grupos empresariales que están llamados a confrontarse directamente ante la convergencia digital y la tendencia de la industria a la integración de los servicios, expresada en la fórmula del cuádruple play.

 

 

En conjunto, México adolece de un incipiente y pobre desarrollo propio de industrias de frontera (microelectrónica, software, energía solar, etc.), en el marco de una recomposición del compromiso hegemónico entre las clases y grupos sociales dentro de una institucionalidad refuncionalizada bajo los principios del neoliberalismo y la extrema dependencia económica, tecnológica y cultural de Estados Unidos. Esto se traduce en una cultura dominante rentista-conformista-adaptativa (contraria a la innovación, el aprendizaje y el trabajo productivo), una crisis de la institucionalidad (exclusión de grandes masas de la población de los servicios básicos de salud y educación), una muy pobre inclusión social en el trabajo productivo y los procesos de conocimiento y el lógico corolario de un país devorado por los carteles del narcotráfico y la delincuencia organizada.

 

 

A diferencia de México, otros países latinoamericanos, especialmente sudamericanos, han podido lograr un ritmo de desarrollo económico y tecnológico superior, siguiendo en cierta medida el tipo de experiencia de los países asiáticos exitosos (mayor protagonismo público e inclusión social y menor sometimiento a la institucionalidad y la ideología neoliberal prevaleciente). En el plano del desarrollo tecnológico, los países que han logrado un mayor nivel de integración internacional al nuevo patrón tecnológico (especialmente Brasil y en menor medida Argentina), se han convertido en economías más integradas, con un cierto desarrollo tecnológico propio (por ejemplo, en la industria del software o la inversión en I&D), políticas públicas más comprometidas con el desarrollo económico, social y cultural, y un sector científico-educativo de importancia creciente. Más recientemente, países como Colombia, Uruguay o Costa Rica se han integrado a procesos de relocalización-subcontratación de servicios intensivos en conocimiento y base electrónica-informática, que, en el caso de este último, se han agregado a las actividades previamente desarrolladas  de ensamble-prueba y exportación de semiconductores.

 

El conjunto de los problemas señalados, sufrieron importantes cambios a partir de las recientes crisis mundiales. La crisis de 2001-2002 afectó fuertemente al SE-I de los países centrales, promovió la conversión de China, India y otros países emergentes en potencias productivas de actividades del SE-I y otras actividades importantes de la producción mundial, y, adicionalmente, tuvo consecuencias muy negativas sobre el desarrollo de la industria electrónica de exportación en México.  La reciente crisis iniciada en 2007-2008 mostró en toda su crudeza la contradicción entre el despliegue mundial de una nueva base tecnológica-productiva basada en el conocimiento y que requiere del desarrollo social, y la envoltura político-ideológica e institucional predominante. Como resultado de ello, se aceleró el crecimiento de los países que privilegiaban el primer factor sobre el segundo, mientras que los países que optaron por este último colapsaron, encabezado por Estados Unidos. Pero también dejó mucho más clara para todos los países la necesidad de provomer estrategias de desarrollo que conlleven profundas reformas socio-institucionales que favorezcan un despliegue y desarrollo mucho más amplio de las nuevas fuerzas tecno-productivas, la reorientación del sector financiero hacia la producción, el desarrollo socio-cultural y la sustentabilidad ambiental.

 

 

En el caso particular de México, ambas crisis evidenciaron la debilidad de su estrategia de crecimiento basada casi exclusivamente en la apertura de la economía a la inversión extranjera y el libre comercio, lo que contrasta fuertemente con los logros de las experiencias asiáticas, y, en particular, de China e India, basadas en un fuerte activismo de la gestión pública, un gran impulso a la ciencia y la educación, y una forma de integración al mercado mundial que busca promover el desarrollo de la economía interior.

 

 

La prevalencia del neoliberalismo como envoltura política-ideológica bajo la cual se desplegaron los elementos tecnológico-productivos de la nueva fase de desarrollo, implicó la generación de una enorme polarización social de la humanidad, particularmente en los países en desarrollo. Ese fenómeno no sólo provocó las consecuencias conocidas en términos de desigualdad social, sino también la recomposición de los bloques histórico-sociales dominantes internacionalmente, en el seno de la antigua institucionalidad heredada de la fase precedente, con una fracción dominante conformada por el nuevo capital financiero y la gran empresa trasnacional, apoyada en una base social relativamente amplia y conformada por los grupos sociales que han ascendido con los nuevos requerimientos tecnológico-educacionales y de conocimiento de la producción. Dentro de este sector destacan nuevas élites del conocimiento dotadas de una consciencia individualista carente de sentido social, y reacia a contribuir fiscalmente al Estado y las instituciones públicas. Sin embargo, junto a ellas, existen numerosos científicos, profesionales e intelectuales comprometidos con el desarrollo de sus países y sociedades, llamados a cumplir un papel muy importante en el desarrollo tecnológico y económico-social futuro.

 

 

Correspondientemente, el neoliberalismo ha difundido una visión predominante de la economía del conocimiento basada exclusivamente en las necesidades privadas, los países desarrollados y la gran empresa trasnacional, que tiende a confinar el conocimiento, la información, la innovación o el aprendizaje al dominio de los grandes propietarios privados de los medios de conocimiento, información y comunicaciones en conjunto con los sectores privilegiados de la sociedad. Este tipo de visión no concuerda con los requerimientos democráticos, sociales y culturales necesarios para el desarrollo futuro de sociedades del conocimiento de amplia base, vinculadas al desarrollo con sentido social de las nuevas tecnologías e internet.

 

 

En consecuencia, la visión prevaleciente de la economía del conocimiento y su instrumentación institucional tiende a dejar de lado la perspectiva de los países en desarrollo, debido a que parten de supuestos histórico-estructurales diferentes en lo relacionado con los componentes institucionales restrictivos de los sistemas nacionales de innovación (Triple Hélice), que excluyen el potencial de los procesos de incorporación social, el  cual puede constituirse en una de las principales ventajas competitivas de estos países: el papel de la sociedad y la movilización social para el aprendizaje y la innovación, como factor originario y beneficiario del cambio tecnológico. Cuestiones estas, que remiten a la necesidad de recuperar las aportaciones de autores latinoamericanos pioneros en este tipo de estudios como Sábato, Herrera, Wionczek, aunque ubicadas dentro del nuevo contexto mundial de la economía global del conocimiento y de la necesaria inclusión social de la población de nuestros países en la perspectiva de su desarrollo en   la nueva realidad.

 

 

En conclusión, la superación de los determinantes últimos de la reciente crisis financiero productiva global implica una necesaria reorientación social de la economía global del conocimiento, que supone profundas reformas político-institucionales en favor del despliegue y desarrollo pleno de la nueva base tecnológica-productiva, potenciada por un fuerte control y regulación social del nuevo capital financiero con fines de acumulación productiva. Tales logros, no podrán tener lugar sin la conformación de nuevos bloques histórico-sociales, que incluyan a las clases y grupos subalternos de la sociedad, y una reorientación de las industria de telecomunicaciones y contenido en un sentido antimonopolista y democrático, que posibilite un flujo bidireccional continuo de conocimiento e información –de arriba a abajo pero sobre todo de abajo a arriba—, dando paso a la entrada del mundo y los países a una vía de desarrollo democrático-social.

La trayectoria de investigación del programa y sus avances

 

La creación del PROGLOCODE en 2005 estuvo precedida por una gran de cantidad de trabajos que en retrospectiva resultaron preparatorios del desarrollo de las problemáticas centrales del Programa y su relación con la economía mexicana. Continuando los trabajos sobre nuevas tecnologías y la reestructuración productiva de los años ochenta que habían llevado a cabo sobre todo Dabat y Rivera, y sobre la economía de México (Rivera) y la empresa mexicana (Basave), integrantes del Programa comenzaron a abordar en la década siguiente la problemática más general del cambio mundial desde una perspectiva histórica, de las nuevas corrientes de pensamiento vinculadas al conocimiento y de los cambios en la economía mexicana. En lo referente al cambio mundial y sus consecuencias sobre México, se desarrolló, en el CRIM de la UNAM, el Programa de Investigación “Cambio mundial e internacionalización desde la perspectiva mexicana”, dirigido por Dabat, y sus trabajos “El mundo y las naciones” y “Capitalismo mundial y capitalismos nacionales”. También se publicaron los diversos trabajos de Dabat y Rivera sobre las nuevas tecnologías y sobre las transformaciones de la economía mundial, y fue muy importante la aportación de Rivera sobre el desarrollo tardío de los países de Asia Oriental y, en conjunción con Dabat y Toledo, sobre la crisis asiática de fines de los años noventa. En este mismo  periodo Dabat y Toledo trabajan sobre la crisis mexicana de 1995, como también lo hacen Rivera y Toledo sobre la crisis y el periodo inmediato posterior, con aportación de Ordóñez sobre la vía de crecimiento en México.

 

Entrado el nuevo siglo, toma importancia el estudio de la globalización (Dabat) y de los ciclos largos y crisis históricas del capitalismo (Rodríguez Vargas), así como la profundización del estudio de la integración económica de México con Estados Unidos. En este sentido destacan la vinculación de Rivera y Dabat con la Universidad de California (Los Ángeles) y el PROFMEX coordinado por Wilkie, así como las vinculaciones con Gereffi y Vázquez Barquero, lo que dio un gran impulso a la investigación sobre cadenas productivas y desarrollo local. En este contexto tiene lugar el seminario internacional sobre Globalización, México y alternativas, en 1999, por parte del grupo de académicos que más adelante daría origen al PROGLOCODE, y que resultó en el libro “Globalización y alternativas incluyentes para el siglo XXI”. Adicionalmente es de resaltar la investigación histórica-estructural de Dabat y Ordóñez sobre la revolución informática, el sector electrónico-informático y la industria electrónica en México, que culminan en trabajos coordinado por Dabat, Rivera y Wilkie, otros de Dabat y Ordóñez, a los que se le agregan un conjunto de trabajos sobre México y América Latina como los estudios migratorios de Ana María Aragonés de la FES-Acatlán-IIEc, interindustriales y comerciales de Mónica Gambrill del CISAN o los trabajos sobre la economía y el pensamiento latinoamericano de Guerra Borges, Carmen del Valle e Ismael Núñez del IIEc

 

Subsiguientemente se profundiza el estudio de la revolución informática y el sector electrónico-informático (Dabat y Ordóñez), y da inicio el estudio de actividades específicas que conforman a éste, como la industria del software, tanto en términos teóricos de su importancia fundamental en la articulación del SC-E con el conjunto de la producción (Ordóñez), como en el  nivel histórico-espacial (trabajos de Mochi sobre la industria a nivel internacional, latinoamericano y en México), además de la significación histórica de las nuevas relaciones sociales, la gestión de los derechos de propiedad y las formas específicas de los procesos de innovación implícitas en el software abierto y libre, por oposición al software propietario (Ordóñez), así como la incidencia social del software abierto y libre (Mochi y Vélez), y la importancia crucial de la digitalización en los programas sociales (Vélez).

 

En el nivel teórico, el grupo fundacional del PROGLOCODE avanza simultáneamente en el estudio de las nuevas corrientes de pensamiento vinculadas al conocimiento, el cambio tecnológico, el aprendizaje, la relación ciencia-industria e innovación-sociedad, así como el papel de la política y las instituciones en el desarrollo histórico, o a las características de la economía del conocimiento y el nuevo capitalismo, donde destacan las contribuciones de Rivera, Ordóñez, Almanza y Dabat en diferentes aspectos. En lo que se refiere al estudio y reconocimiento de las aportaciones de las nuevas corrientes vinculadas a la innovación, como el evolucionismo y el neoschumpeterianismo, destaca el impulso dado por Rivera a una tarea ampliamente compartida por todos los integrantes del Programa. En cuanto al estudio de la economía del conocimiento y el carácter del nuevo capitalismo, resaltan las aportaciones de Ordóñez, Rodríguez Vargas y Dabat, aunque con distintos énfasis en las relaciones entre los aspectos cognitivos e informacionales: mientras Ordóñez lo hace en los aspectos cognitivos del nuevo capitalismo y en el papel central de la política, a partir de lo cual recupera la aportación del pensamiento gramsciano como factor explicativo de las vías de desarrollo; Dabat se centra en los aspectos tecnológicos, informacionales y globales del nuevo capitalismo, la cuestión de las vías alternativas de desarrollo, también, y, en conjunción con Rodríguez Vargas, en la problemática del ciclo y la crisis.

 

En relación con este última problemática, un antecedente muy  importante lo constituyó el proyecto internacional franco-mexicano sobre el nuevo capitalismo y sus elementos cognitivos, entre el proyecto MATISSE de la Universidad de Paris 1 y el grupo de académicos de la UNAM que posteriormente fundaría el PROGLOCODE; proyecto conjunto que contaría con la destacada participación de Moulier-Boutang.

 

Paralelamente, adquiere mayor importancia el estudio de los cambios en la modalidad predominante de la empresa trasnacional y la nueva división interindustrial del trabajo (Ordóñez, Dabat), de la internacionalización de la empresa mexicana (Basave) o del estudio de casos específicos relevantes (tesis de maestría sobre el Grupo Carso de Mario Humberto Hernández López). Se avanza también en la implementación práctica de la innovación tecnológica en términos de la discusión de las relaciones ciencia-industria, promovida por Silvia Almanza (CCADET-UNAM), que posteriormente llevaría a proyectos comunes del PROGLOCODE con ese centro de tecnología aplicada, así como a investigaciones sobre la tecnología digital (Ingeniero Vélez) y de la salud pública (Dra. Rivas) bajo la dirección, en este último caso, de Rivera. 

 

Asimismo, pasa a tener gran importancia la discusión sobre el ascenso internacional de la economía china, sus modalidades económicas propias y su trascendencia mundial (Dabat, Zhong Xiwei, Alberto Morales, Orquídea Melo), sobre las redes productivas internacionales (colaboración con Ma. de los Ángeles Pozas del COLMEX), las sobreganancias internacionales (Dabat, Rivera y Sztulwark) y la crisis mundial reciente (trabajos de Dabat, Rodríguez Vargas y Ordóñez, individuales o coautorales), el papel del Estado en el desarrollo económico (trabajos de Dabat y Rivera), sobre el desarrollo económico de América Latina a partir de la segunda posguerra (Dabat), y la incorporación reciente de la región en el nuevo patrón industrial, particularmente en los procesos de relocalización-subcontratación internacionales de servicios intensivos en conocimiento y de base electrónica-informática (Ordóñez), y, finalmente, sobre la industria de servicios de telecomunicaciones al nivel mundial y en México, y su papel específico en la economía y la división internacional del trabajo basadas en el conocimiento (Buchain y Ordoñez).

 

 En el periodo reciente se profundiza y complejiza el estudio de la problemática teórica y la discusión sobre las condiciones internacionales, con una participación creciente de investigadores nacionales y extranjeros de otras instituciones y estudiantes de posgrado. Los nuevos temas de estudio y discusión pueden sintetizarse en cinco tipos de problemáticas paralelas que no habían sido más que parcialmente abordadas con anterioridad, a saber a) las relaciones entre tecnología, producción, sociedad, instituciones, territorio y estado; b) las relaciones entre el capital productivo-innovativo y el capital financiero-especulativo, c) el agotamiento y crisis del neoliberalismo y las perspectivas de la economía del conocimiento; d) las condiciones determinantes de la diferenciación de las experiencias de reestructuración e integración de los países emergentes en “exitosas” y “retardatarias”; y e) los primeros esfuerzos críticos a fondo de aspectos centrales de corrientes como el evolucionismo, institucionalismo o la introducción de la problemática de los sistemas complejos en las ciencias sociales.

 

La introducción de la problemática de las instituciones y de la discusión sobre el pensamiento de Hodgson, es planteada sobre todo por Rivera y colaboradores externos del Programa como Arturo Lara y Bruno Gandlgruber, ambos de la UAM. El tema de la dimensión espacial de las relaciones sociales y el territorio, ha dido impulsado últimamente por Mochi en México, y por Ramiro Fernández y el Instituto de Investigación Estado, Territorio y Economía (IETE) de la Universidad Nacional del Litoral, Sta. Fe, Argentina.

 

 En lo referente al agotamiento del neoliberalismo y el papel del capital financiero especulativo, existe una amplia preocupación, en la que resulta fundamental la aportación de Oscar Ugarteche del IIEc. Por su parte, en las contribuciones a una visión crítica de aspectos centrales del evolucionismo, el institucionalismo o de la economía del conocimiento, cabe mencionar a la tesis de maestría de Alberto Morales en la UAM Xochimilco, el trabajo sobre la crisis internacional y de Estados Unidos de Dabat o las aportaciones sobre la polémica marxismo-institucionalismo desde la perspectiva gramsciana de Ordóñez. En relación con los sistemas complejos resalta la aportación de colaboradores externos como Yoguel (UNGS-Argentina) y Arturo Lara (UAM-X), junto con miembros del Programa como Silvia Almanza.

 

En el marco de la reorganización actual del PROGLODE (fines de 2010 y comienzos de 2001), se retoma el estudio de la economía de América Latina, con el apoyo de los trabajos de Ugarteche del IIEc, particularmente América del Sur, los estudios sobre Brasil (Irma Portos del IIEC) y las ya referidas publicaciones de Dabat sobre el desarrollo histórico de la región desde la posguerra y de Ordóñez sobre la integración reciente de la región en los procesos de relocalización-subcontratación internacionales de servicios intensivos en conocimiento y de base electrónica-informática. A estas preocupaciones generales se agregan el fuerte impulso que da Irma Portos a la inclusión del estudio de los medios de comunicación de masas y el de Marissa Reyes, de la UACM, al de las industrias culturales.

 

Las actividades de fundación del PROGLOCODE coinciden de hecho con la ampliación de las redes de relaciones del Programa tanto a nivel internacional como nacional. Se establecen relaciones con centros de investigación, como el Instituto de Industria de la Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina, con la Dra. Zhong Xiwei de la University of Science & Technology de Huazhong, China, que realiza una estancia postdoctoral en el IIEc, y se lleva a cabo el Seminario Internacional “Globalización, Conocimiento y Desarrollo” en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM en 2006, precedido por varios talleres de discusión que cuentan con una amplia  participación de investigadores nacionales y extranjeros.
 

CONCLUSIONES GENERALES

 

Las principales conclusiones que se derivan de este proceso de investigación y discusión de largo plazo son las siguientes: 

a) La economía y la sociedad mundial han entrado en una nueva fase de desarrollo histórico (el capitalismo del conocimiento o informático), traducida en una nueva configuración espacial del mundo o globalización, desplegada a partir de los años ochenta del siglo anterior, bajo la hegemonía mundial de los Estados Unidos y de la institucionalidad y las políticas neoliberales.

 b) Lo anterior dio lugar a una nueva división internacional del trabajo  basada crecientemente en el conocimiento y las diversas modalidades del aprendizaje, de carácter extremadamente dinámica, en la que los países en desarrollo que supieron impulsar robustos procesos de aprendizaje tecnológico masivo, impulsados por estados nacionales fuertes como China (cabeza de este proceso), tendieron a jugar un papel cada vez mas protagónico dentro de la economía y el orden mundial, a expensas de la declinación relativa de la principal potencia económica, tecnológica y financiera del mundo (Estados Unidos) y las viejas economías desarrolladas dominadas por el nuevo capital financiero.

c) En México tuvo lugar un cambio muy importante en su inserción internacional, expresado tanto en un gran crecimiento de industrias exportadoras de productos alta tecnología (aunque bajo una modalidad totalmente dependientes del capital y la tecnología extranjera), como  en el debilitamiento de su capacidad competitiva como país, resultado del debilitamiento de su estado nacional, de su incapacidad de innovación y aprendizaje tecnológico interno, de la acentuación de sus desigualdades sociales y regionales y de los enormes costos de su consiguiente descomposición socio-cultural.

d) En el nuevo siglo las tendencias anteriormente señaladas tendieron a acentuarse, lo que culminó en la crisis internacional iniciada en 2007-2008 con las consecuencias conocidas, que afectaron muy particularmente a México por su modalidad neoliberal de desarrollo, su débil base tecnológica propia, el carácter fuertemente monopolista de sus principales empresas y su enorme dependencia de la economía estadounidense en crisis.

e) No obstante lo anterior, las condiciones internacionales señaladas hacen posible el relanzamiento del desarrollo en México, en la medida en que el país abandone sus políticas públicas pasivas, fortalezca su estado nacional, adopte políticas sociales y culturales incluyentes y redefina su tipo de inserción en un sentido más adecuado a los cambios en el orden mundial y a las experiencias internacionales exitosas de desarrollo económico.

f) La enorme complejidad de la situación internacional, latinoamericana y mexicana, impone la necesidad de un gran esfuerzo teórico, metodológico y de comprensión histórica, para posibilitar la reorientación del pensamiento económico y político en el sentido señalado en el inciso anterior. Esto resulta fundamental para avanzar en el objetivo principal de coadyuvar a la formulación de nuevas estrategias de desarrollo para México y América Latina, que recojan lo mejor de la experiencia histórica de los países en desarrollo exitosos en promover un desarrollo tecno-productivo propio, pero combinándola con la preocupación de articularla con procesos de inclusión social, sustentabilidad ambiental y aportaciones significativas a la reorganización imprescindible del orden mundial en un sentido democrático y plural, acorde con las necesidades tecnológicas, sociales, ambientales e institucionales de nuestra época.

Reseña de la Reunión Plenaria sobre la Actualización del Protocolo de Investigación

 

RESEÑA DE LA REUNIÓN PLENARIA SOBRE LA ACTUALIZACIÓN DEL PROTOCOLO DE INVESTIGACIÓN 

El 15 de marzo, en la sala Ángel Bassols del Instituto de Investigaciones Económicas de la unam, en atención a la reorganización del Programa de Globalización, Conocimiento y Desarrollo desde la perspectiva mexicana (Proglocode), se llevó a cabo una reunión plenaria donde se discutió la propuesta de actualización del Protocolo de investigación y trabajo del Programa.

 

Ante la presencia de profesores, investigadores y estudiantes, la Comisión Coordinadora (formada por Alejandro Dabat, José de Jesús Rodríguez, Sergio Ordóñez y Paty Montiel) presidió la plenaria con el siguiente orden del día:

  1. Presentación y discusión del Protocolo actualizado, a cargo del Dr. Alejandro Dabat.
  2. Informe de actividades 2005-2010, por el Dr. José de Jesús Rodríguez
  3. Presentación de la página web, por el Dr. Sergio Ordóñez.
  4. Discusión del plan de trabajo y reorganización.

     

1. Presentación y discusión del Protocolo actualizado, a cargo del Dr. Alejandro Dabat.

 

 

En la primera intervención del Dr. Dabat, se planteó la necesidad de reformular el Protocolo del Programa por diversas cuestiones. Desde la fundación del proglocode en 2005 y la elaboración del Protocolo original de investigación hasta ahora, se han sucedido un conjunto de cambios muy importantes de la realidad mundial y de nuestros países que deben incluirse en el Protocolo del Programa, a la vez manteniendo los elementos básicos del mismo, como lo es la importancia central del conocimiento o la innovación y de su relación con el desarrollo tecnológico, económico y social. Tales cambios, especialmente a partir de la gran crisis internacional iniciada en 2007, afectan substancialmente tanto a las tendencias de evolución del orden mundial y del desarrollo, como a su apreciación teórica e incidencia en las estrategias de desarrollo, por lo que deben ser considerados en los lineamientos del proglocode. Si bien los mismos ya se habían venido considerando, aunque no siempre de la misma manera, en el trabajo individual de los miembros del Programa, no estaban aún incluidos en el Protocolo del Programa de investigación, por lo que tal incorporación resulta muy importante.

 

 
 

A partir de esta introducción, el Dr. Dabat expuso en siete puntos básicos los cambios que se estaba proponiendo incorporar:

  1. Poner mayor énfasis en los fundamentos tecnológicos y económicos de la economía del conocimiento, en relación a sus manifestaciones más puntuales. Enfatizar en temas como base tecno-económica, revolución informática, relaciones entre ciencia, tecnología, educación y producción. Asimismo, en la convergencia entre el sector electrónico-informático, el científico-educativo y los medios de comunicación de masas, como núcleo productivo central del nuevo tipo de economía y sociedad, como distinta a la anterior fordista-keynesiana.
  2. Hacer lo mismo con las graves consecuencias que han llegado a tener sobre el curso del desarrollo tecnoeconómico y social internacional, especialmente en el caso de México, fenómenos tales como el neoliberalismo, la especulación financiera-especulativa, la exclusión social o la degradación ambiental, como se ha visto claramente durante la actual crisis internacional.
  3. Puntualizar los grandes cambios en el curso mismo de la globalización y el Orden Mundial, tanto a nivel económico y geopolítico con la declinación relativa Estados Unidos y Europa Occidental y los grandes avances de países en desarrollo como China, India, Rusia, Brasil o Sudáfrica, como los derivados de la crisis del neoliberalismo y del tipo de crecimiento económico dominado por el capital financiero-especulativo. Considerar al nuevo tipo de relación compleja entre el vertiginoso crecimiento de países superpoblados y de relativamente escasos recursos naturales como China o la India, y países que cuentan con enormes capacidades productivas de materias primas y alimentos (caso de América Latina o de países Africanos), que favorece a los países de este último tipo, especialmente a los que sigan políticas activas de industrialización y aprendizaje tecnológico a partir del aprovechamiento nacional de los recursos excedentes generados por este fenómeno.
  4. En relación al punto anterior, y respecto al comentario escrito enviado por Rodrigo Blas, hay que diferenciar la globalización, como fenómeno positivo derivado de la Revolución Informática y potencialmente favorable para los países en desarrollo que logren implementar políticas activas de aprendizaje tecnológico y movilización social, del “globalismo”, como política impulsada por Estados Unidos y las empresas trasnacionales tendientes a debilitar el papel de los Estados nacionales y su papel en el desarrollo.
  5. Dar mayor importancia al papel del Estado en los procesos de cambio técnico y de desarrollo, lo que implica el fortalecimiento de su capacidad fiscal y regulatoria para afrontar los grandes retos científico-tecnológicos, educativos, sociales y de movilización de la población a amplia escala para el aprendizaje tecnológico. Vincular este hecho, a una modificación integral de las estrategias en desarrollo basadas en la inclusión social, el aprendizaje tecnológico, un nuevo tipo de industrialización avanzada, un relación armónica entre mercado externo e interno o la sustentabilidad ambiental, como ha venido siendo planteado por autores de la importancia, entre otros, por Stigliz, Carlota Pérez, Dosi o Címoli. En esta dirección, contraponer las experiencias exitosas de Asia Oriental o de América del Sur, a la decepcionante de México, por la naturaleza de sus políticas tecnoecómicas, sociales y culturales.
  6. Dentro de la innovación tecnológica propiamente dicha en los países en desarrollo, poner más énfasis en el aprendizaje tecnológico de amplia base y la capacidad social de absorción de la innovación, que en la innovación de punta a nivel mundial (aunque sin descuidar esta última). Como lo demuestra la experiencia histórica, los países de más rápido cambio tecnológico, económico y social, y de mayores excedentes comerciales internacionales, no son tanto los que han venido hasta ahora realizando la innovación de punta, sino los que a partir de un bajo desarrollo tecnológico inicial, han sabido vincular la innovación tecnológica a sus necesidades sociales, al aprendizaje social tecnológico-educacional y a la inserción competitiva en el mercado mundial.
  7. Los acontecimientos recientes han permitido visualizar también, que la innovación tecnológica no es solo un bien positivo en sí mismo. Que la economía y la sociedad del conocimiento y de la información no solo tiene lados luminosos, sino igualmente lados extremadamente obscuros, como los resultantes, por ejemplo, de la ingeniería financiera que ha “revolucionado” los mecanismo sofisticados de evasión fiscal, que ha revolucionado el mundo de las finanzas y la contabilidad, a expensas del mayor desconocimiento social jamás habido sobre el monto y la localización de los recursos dinerarios, y de la mayor crisis mundial de las últimas décadas. Este, como otros muchos ejemplos, nos debe llevar a pensar que estamos tanto ante una economía del conocimiento, como también estamos ante otra del “desconocimiento”, y de lo que se trata, es desarrollar la primera sin caer en la segunda.

     

 

La incorporación de este tipo de nuevas ideas-fuerza, le proporcionarán más realismo al Programa. Pero a la vez plantean un conjunto de nuevos problemas, como la necesidad de desarrollar una discusión respetuosa con nuestros amigos  y colegas embarcados en el buque común del impulso a la innovación tecnológica y a la economía y a la sociedad del conocimiento, que no siempre comparten tal visión.

 

 

Ante esta primera exposición, el Dr. Sergio Ordóñez subrayó también un elemento novedoso que la propuesta de Protocolo rescata. Explicó que el neoliberalismo es entendido, en esta reformulación del Protocolo, como una modalidad determinada que ha asumido la economía del conocimiento, entre otras posibles de las que se destaca la experiencia de los países emergentes que no han seguido los lineamientos de la vía neoliberal, como los países de integración más exitosa. Dentro de esta perspectiva, a nivel mundial ha habido una predominancia del neoliberalismo como vía principal de desarrollo de la economía del conocimiento y ha implicado la proyección de una visión oficial de la economía del conocimiento, la cual es una visión centrada en la experiencia de los países desarrollados y de la gran empresa. Por lo tanto, es necesario generar una visión alternativa (a esa visión predominante de la economía del conocimiento) desde los países en desarrollo, considerando el problema del aprendizaje y la innovación social junto con los de tipo empresarial (en éste último hace hincapié la visión oficial). Por tales razones, se considera importante que el Programa se centre en las experiencias de los países en desarrollo y estudiar los casos de los países que se han integrado exitosamente a la economía del conocimiento para desprender lecciones hacia los países latinoamericanos, en general, y en particular de México.

 

Después de esta exposición sobre los elementos destacables de la nueva propuesta de Protocolo de investigación del proglocode, el Dr. José de Jesús Rodríguez dio inicio a la discusión por parte de los interesados y mencionó la aportación escrita del doctorante Rodrigo Blas (y que hizo llegar al grupo coordinador vía electrónica ante su previsible ausencia en la reunión); así como la de Irma Portos quien en su momento expondría.

 

 

 El Profesor y doctorante Rodrigo Blas sugiere un conjunto de temas y caracterizaciones; plantea que la globalización es un instrumento de subordinación de las economías subdesarrolladas y que es una forma actualizada del imperialismo, que utiliza nuevas formas de explotación de los países subdesarrollados, particularmente de América Latina. También sugiere desarrollar investigación sobre el papel de la ciencia, la tecnología, las innovaciones y la dependencia; la relación de la innovación tecnológica y el empleo/desempleo, el impacto en el mercado de trabajo; la pobreza, la marginación, la distribución del ingreso; los obstáculos para la creación y apropiación de conocimiento;  las innovaciones tecnológicas regionales y sectoriales; el papel del Estado y las instituciones  en general y particularmente las supranacionales (omc, fmi, ocde) en la generación, en la aplicación y la apropiación del conocimiento; también plantea que se debe homogenizar la conceptualización y el contenido de expresiones como sociedad y economía del conocimiento.

 

La Dra. Irma Portos, del Instituto de Investigaciones Económicas de la unam planteó, que en la exposición del Dr. Dabat se han descuidado otros aspectos importantes e imprescindibles que permitan la visualización de una globalización y economía del conocimiento alternativa, en los que Brasil y Argentina han avanzado. Ese es el caso del estudio de las comunicaciones (pero no sólo estudiado desde la perspectiva de la crítica de la concentración monopólica), las cuales se han modificado gracias a las nuevas tecnologías y se han desarrollado medios alternativos (dentro de la sociedad civil).
 

 
 

El Dr. Sergio Ordoñez consideró que la propuesta de Portos es pertinente y requeriría una redefinición de la composición de lo que en el pasado se denominó sector electrónico-informático. Es decir, se requiere la integración de la “industria de contenido” en este replanteamiento.

 

 

El doctorante de la Facultad de Economía Carlos Sánchez, propuso integrar en el Protocolo los siguientes puntos: plantear los términos actuales de la economía del conocimiento en México y de América Latina (educación, nuevas, tecnologías, vinculación, innovación) en un diagnóstico. ¿Cómo aspirar a ser una economía del conocimiento sin un diagnóstico?; ampliar los espectros de investigación. Condiciones de la educación media y superior; investigación, educación y formación y su vínculo con los sectores productivos; ¿cuáles son las políticas públicas que se han aplicado en México y cuál debería ser la propuesta en términos de economía pública para avanzar hacia una economía del conocimiento?, y la modelación econométrica, no sólo del modelo del crecimiento endógeno, sino tratar de vincularse con otras perspectivas del pensamiento.
 

 
 

La Mtra. Silvia Almanza, del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico de la unam, señaló que al inicio de la presentación se dijo que han habido cambios muy importantes, sin embargo, dentro de los siete puntos básicos no se enfatiza en el avance teórico y metodológico para tratar esta complejidad. Por lo tanto habría que prestarle atención, en términos teóricos y metodológicos, a las nuevas cosas que están surgiendo en las nuevas ciencias sociales que son útiles y esenciales para tratar esta problemática.

 

 

La Mtra. Marissa Reyes, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, planteó que era necesario incluir en el Programa la dimensión cultural que se expresa en la necesidad de estudios de los contenidos ¿cómo se produce y se reproduce?

 

El Dr. Oscar Ugarteche,  del Instituto de Investigaciones Económicas, señaló que,  a partir del documento de Rodrigo Blas, se hace necesario discernir entre “regionalismo” y “globalidad”, pues son dos lados de un mismo fenómeno;  así como el de “subordinación” y su contracara (el fracaso neoliberal de las políticas impulsadas por los países desarrollados). Cabe preguntar, si el propósito fue la subordinación, por qué entonces las economías industrializadas están tan endeudadas.

 

 

El doctorante de la Facultad de Economía y profesor de la Facultad de Contaduría y Administración, Héctor Velasco, dijo que  cuándo se habla de siete puntos básicos agregados al Protocolo surge una inquietud: ¿por qué no darle más énfasis a la base de la estructura económica que sustenta a la economía del conocimiento? Según él, si no fuera así, puede desdeñar la importancia que tiene la acumulación del capital, a favor de las explicaciones técnicas. Asimismo, se sumó a la propuesta de que es central el tema de la cultura y de los contenidos en la economía del conocimiento.

 

 

El Doctorante y profesor de la Facultad de Economía, Paulo Leal planteó que es necesario hacer una revisión completa de la teoría actual, sobre todo ante la incapacidad de explicación de la teoría neoclásica y de la teoría tradicional que se enseña en la Facultad de Economía.

 

 

El Dr. José de Jesús Rodríguez aclaró que los miembros del proglocode están estudiando y discutiendo algunos de los temas que se señalaron como sugerencias y que de alguna manera el Programa aborda. También señaló que no se pretende que los miembros se guíen dogmáticamente, sino que el Programa sirva como referencia para desarrollar líneas de investigación. Se busca socializar e integrar más las colaboraciones individuales, recoger las aportaciones de los profesores, investigadores y de los estudiantes para fortalecer el Programa. Hay una retroalimentación entre el Programa y las investigaciones individuales.

 

 

El Dr. Alejandro Dabat aclaró que se han agregado nuevas cosas al Programa, pero eso está en discusión, por lo que es seguro y esperamos que haya nuevos añadidos a partir de la plenaria. El Protocolo es un programa de investigación abierto y de largo plazo, en donde se formulan y señalan orientaciones generales.

 

 

 

La inclusión de la cultura en el Protocolo es muy importante, así como integrarlo en la definición del sector electrónico-informático; además, mantiene una relación fuerte con el sector científico-educativo.

 

 

Respecto al señalamiento de Silvia, sobre el método; habría que señalar que hay una complejización de la teoría y la metodología que plantea la necesidad de estudiar ciertas cuestiones de las que sabemos aún poco como colectivo. Hay tres cuestiones a resolver: 1) la capacidad explicativa de la realidad por la teoría, 2) la teoría dominante es un obstáculo y 3) la capacidad de las teorías para asimilar nuevos planteamientos. Por supuesto hay que señalar que se deben estudiar estas cuestiones, pero no mucho más porque son desiguales el nivel de estudio entre los miembros. Pero se necesita un vocabulario común con bases teóricas y metodológicas.

 

 

2.- Informe de actividades 2005-2010, por el Dr. José de Jesús Rodríguez

 

 

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3.- Presentación de la página web, por el Dr. Sergio Ordóñez.

 

 

En el marco de la discusión interna del Proglocode que nos ha llevado a reformular el Protocolo, así como los aspectos específicamente organizativos, se ha replanteado también la funcionalidad y objetivos de la página web.

 

 

 

Dentro de este replanteamiento, se ha hecho una reestructuración de la página. Partimos de que la página había fungido como una “ventana” para mostrar algunos de los trabajos de algunos miembros del Programa, por lo que la reestructuración se ha fijado la meta (aún en proceso) de convertirlo en un espacio de contacto y discusión tanto al interior de los miembros del Programa como con el exterior. Pero el objetivo final es hacer de la página un espacio de discusión con mucha interactividad.

 

Sin embargo, se reconoce que tanto el nivel organizativo como el de los recursos financieros sólo nos permiten trazar algunos avances y, por lo pronto, quedarnos a la mitad del camino hacia el objetivo final propuesto. Por lo que es esencial que los colaboradores y miembros del Programa nos demos cuenta de la utilidad de esta herramienta y la nutramos de contenido

 

4.- Discusión del plan de trabajo y reorganización.

 

 

Se plantearon algunas tareas para este y el próximo semestre, como cursos, talleres de discusión interna, conferencias, seminarios, que serán organizados por la nueva Comisión Coordinadora. La Comisión quedó integrada por los cuatro miembros anteriores –Alejandro Dabat, Sergio Ordóñez, Jesús Rodríguez, Paty Montiel—, y se suman a partir de esta plenaria los profesores e investigadores: Irma Portos, Héctor Velasco, Paul Leal, Carlos Sánchez. Como parte de la reorganización se nombró al Dr.  Jesús Rodríguez Vargas como Coordinador Ejecutivo de la Comisión Coordinadora.

 

Ciudad Universitaria, 24 de Marzo de 2011

 

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