¿Es el fin del neoliberalismo?… y perspectivas de México (2022-II)

Profesores responsables:

Sergio Ordóñez, Jorge Basave y Paty Montiel   

Problemática del seminario:

La crisis financiero-productiva global de 2007-2009 implicó la crisis del neoliberalismo como vía de desarrollo predominante de la nueva fase del capitalismo, en tanto que aquella crisis se derivó del arribo a un punto extremo de la autonomización del capital financiero y la formación de una enorme plétora suya, con el consiguiente predominio de prácticas especulativas y parasitarias, que conllevaron a un proceso de desvinculación y disfunción creciente del capital financiero respecto de los requerimientos de la acumulación real.
El periodo posterior y previo a la irrupción del virus de la Covid 19, por algunos autores caracterizado como una tendencia secular al estancamiento (Summers, 2014) que implicaría una crisis general del capitalismo (Tabb, 2008), se ha traducido en un lento proceso de acumulación, bajas tasas de inversión y de ganancia, junto con procesos exacerbados de “financiarización”.
De manera paralela desde finales de la primera década de los años dosmil se ha venido acelerando la disputa hegemónica mundial, la puesta en cuestión de la globalización neoliberal y unipolar dirigida por EEUU y el tránsito hacia una nueva modalidad multipolar de la globalización, cuya principal fuerza ha sido la irrupción de China, los BRICs y el Sur Global; proceso que ha devenido más complejo por la reciente diseminación planetaria de la Covid 19 y la consecuente crisis sanitaria y económica mundial, lo que ha tendido a profundizar las tendencias geoeconómico-políticas que ya venían operando con anterioridad pero con nuevos condicionantes, al tiempo que plantea nuevos desafíos para una recuperación económica en espacios productivos, distributivos y de consumo necesariamente modificados.
Las respuestas neoliberales a su propia crisis en un sentido progresista han implicado varios intentos de reorientación y corrección de las “fallas del mercado” mediante el re-posicionamiento relativo del Estado, expresado en varios documentos orientadores de políticas públicas del Banco Mundial y otras instituciones promotoras internacionales desde finales de los años noventa, hasta culminar con el intento más o menos articulado de reorientación neoliberal del gobierno de B. Obama.
Ante su fracaso y en el marco del ascenso internacional de un nuevo populismo de derecha tiene lugar la llegada a la dirigencia del Estado norteamericano de Trump, y su respuesta contradictoria a esa crisis que podría entenderse como un “neoliberalismo-nacionalista”, resultante en un nuevo curso proteccionista internacional dentro del que se inscribió la renegociación del TLCAN y la actual guerra comercial con China.
El desenlace de ese tipo de respuesta fue el intento de violentar la transición democrática del poder con rasgos insurreccionales y de manipulación mediática-generadora de consenso por parte del movimiento social de la nueva derecha encabezada por Trump, y la subsiguiente respuesta del nuevo gobierno demócrata, en términos de una quasi ruptura neoliberal con reposicionamiento del Estado y su accionar estratégico, impuestos a las grandes fortunas y búsqueda de nuevos consensos hacia las clases, grupos y minorías subalternos, entre otras políticas tendientes a contrarrestar la liberalización de la fuerzas del capital consustancial al neoliberalismo.
Lo anterior nos lleva a poner a la discusión la posibilidad del fin del neoliberalismo y las perspectivas de México.
Para abordar la discusión sobre las perspectivas del país consideramos su integración en las redes productivas globales del núcleo dinámico de la nueva fase del capitalismo, las precondiciones de una política industrial, del escalamiento en las cadenas de valor internas y de las inversiones interna y externa, pública y privada para contribuir al desarrollo económico. Asimismo, las lecciones que se pueden extraer tanto de las experiencias exitosas de otros países en desarrollo, como de experiencias regionales en Jalisco y la franja fronteriza norte, y, finalmente, la valoración del curso impuesto por el gobierno actual, el proyecto económico que impulsa y si éste es o no conducente a una ruptura neoliberal.