Reseña del “Encuentro de Reflexión y Difusión sobre la Crisis actual. Homenaje a 40 años de El Capitalismo Tardío de Ernest Mandel.
Pocas obras dentro del vasto universo de la literatura económica marxista, poseen tal relevancia –no sólo en el contexto en el que se escribieron, sino también en la reflexión acerca del acontecer económico actual—como la obra de Ernest Mandel El Capitalismo Tardío. Fue uno de los pocos autores que previeron que el auge de posguerra del capitalismo no sólo no era eterno sino que estaba acabándose ya a finales de los 60.
Esto ya de entrada sería suficiente para resaltar la necesidad de la revisión de su obra magna, a lo que se suma la profundidad con que Mandel analiza el acontecer económico de su tiempo y la multiplicidad de temas que aborda de manera exhaustiva, motivos suficientes para un homenaje que –como lo adelantó el doctor José de Jesús Rodríguez en la presentación del evento— siguiendo la tradición Marxista, no se pretendía un “homenaje incondicional, acrítico, dogmático, religioso”, sino un espacio de crítica y diálogo tanto con el homenajeado como con quienes de cuerpo presente reflexionarían en torno a las ideas de este prominente autor.
Cabe mencionar que se contó con la participación –electrónica o presencial—de investigadores de frontera y militantes políticos que han seguido –entre otras- la línea de reflexión propuesta por Marx para el estudio del sistema capitalista. Así, personajes como Pedro Montes, Rolando Astarita, Francisco Louça, Radhika Desai, Alan Freeman y el gran economista alemán Elmar Altvater, animaron junto con participantes locales, entre los que destaca Jorge Veraza, David Moreno, Sergio Ordóñez, José Gandarilla, Alejandro Dabat, entre otros destacados universitarios que enseguida reseñaremos.
El Seminario, dividido en seis sesiones a lo largo de los días 8, 9 y 10 de octubre de 2013, abordó temas cuya característica central –además de estar presentes en El Capitalismo Tardío—fue su persistencia a lo largo de ya casi doscientos años de debates en torno a la crítica de la economía política que inaugurara Marx: La vigencia de la teoría del valor, la ley general de la acumulación capitalista, la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, todo ello en el marco del planteamiento original de Marx del modo de producción capitalista como un sistema económico que se desenvuelve siempre en medio de la crisis como motor de su desarrollo, que se alimenta de la vida humana, de la fuerza de trabajo convertida en mercancía para sobrevivir, y como consecuencia, de acuerdo al marxismo clásico y de Mandel, la necesidad de la revolución. En resumen, fue un seminario en el que se discutieron temas que, al tiempo que han encontrado su lugar en una tradición marxista no dejan de estar en el centro de la discusión en el ámbito de las ciencias sociales, o en otras palabras, que pese a ser tan viejos y discutidos, no han perdido su actualidad.
Una vez inaugurado el encuentro por la directora del Instituto de Investigaciones Económicas, Dra. Verónica Villarespe, y por el director de la Facultad de economía, Dr. Leonardo Lomelí, el Dr. José de Jesús Rodríguez Vargas, a nombre del Comité Organizador, hizo la presentación del Encuentro y Homenaje a Ernest Mandel, señalando que “El capitalismo tardío es la obra que consagra a Ernest Mandel como el economista marxista más importante de la segunda mitad del siglo XX; es un libro que forma parte de la constelación de estudios globales de interpretación, del capitalismo mundial de la posguerra, por parte del marxismo, desde sus diferentes ángulos”.
Enseguida el militante revolucionario Pedro Montes, desde Madrid, empezó la conferencia inaugural (Mandel: un gran clásico del marxismo revolucionario) reconociendo a Ernest como su “maestro intelectual y como un ejemplo político, luchador tenaz e infatigable por la causa del socialismo”, también que “la vida intelectual de Ernest Mandel tiene de singular ser un gran un teórico de la economía marxista, la cual dominaba en toda su extensión y profundidad. La teoría económica marxista era la base de sus análisis políticos y de sus posiciones ideológicas. Con toda seguridad se puede afirmar que Mandel es el primer teórico marxista en economía”.
El Dr. José de Jesús Rodríguez Vargas, de la Facultad de Economía, con su ponencia El Capitalismo Tardío: Mandel y las diversas interpretaciones recordó que Ernest Mandel, fue uno de los primeros marxistas que percibió y reconoció la prosperidad capitalista de posguerra, en un artículo del año (1964), en un momento en que los marxistas se negaban a reconocer una realidad evidente, pero que a la vez ya mostraba los primeros signos de lo que sería el agotamiento del crecimiento a fines de los sesentas.
El carácter crítico del encuentro quedó de manifiesto en la participación del Dr. Alejandro Dabat (El mundo de posguerra y el Marxismo de Mandel. Aportaciones y contradicciones de un gran economista) que levantó revuelo y cuestionamientos fuertes cuando afirmó que “Mandel es un autor importante de consulta, pero que, salvo atisbos, no es ya relevante para el estudio de los fenómenos actuales…”. Precisamente uno de los ejes en las siguientes sesiones fue la importancia de la defensa del economista alemán-belga de la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia propuesta por Marx, que nos dieron ocasión para revalorar las posibles contradicciones y aciertos de Mandel.
Entrando a este punto, destacó la videoconferencia del argentino, desde la Universidad de Buenos Aires, Rolando Astarita, en la sesión de la tarde de ese mismo día, titulada La tesis de Ernest Mandel sobre ciclos largos, consideraciones sobre el método en la que destaca la importancia de re-introducir al debate de los ciclos económicos la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, y su influencia en el debate que sostienen actualmente autores como Dumenil, Anuar Shaik, entre otros. Esta interesante contextualización sobre la problemática en la comprobación empírica e interpretación de dicha ley fue complementada con la interesante participación de David Moreno Soto, editor de ITACA, Debate Mandel-Mattick sobre la ley del valor, que afirmó que en la polémica Mandel- Mattick se condensaban dos tradiciones contrapuestas de interpretación marxista: la de aquellos que siguieron la tradición “Leninista”, asumiendo la necesidad de la organización partidaria, y los llamados “Consejistas”, que asumían la necesidad de autoconstrucción de organizaciones obreras, como los consejos, soviets, comités de fábrica. Para Moreno Soto, la gran falla de Mandel, pese a su gran acierto de situar la explicación de las crisis capitalistas en la caída tendencial de la tasa de ganancia, es no haber vinculado la misma con la ley general de la acumulación capitalista, del tomo uno de El Capital que postula que a la considerable y creciente creación de riqueza y bienestar que caracteriza un polo del desenvolvimiento capitalista, le corresponde siempre otro de aumento de la miseria y depauperación social a los sectores “perdedores”, lo que lo lleva a afirmar –en trabajos posteriores a El capitalismo tardío—que la crisis fue la consecuencia de la imposibilidad de bajar los salarios debido a la fuerza de los sindicatos.
Para completar la sesión de ese día, la participación de Rubén Trejo, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, UACM, introdujo otro tema fundamental en el estudio del desenvolvimiento del capitalismo como sistema global: La tecnología en el capitalismo tardío. Trejo subrayó que la trayectoria de innovación tecnológica en el capitalismo contemporáneo –al igual que en el tardío de Mandel—no era neutra, sino que estaba enfocada a una profundización del grado de explotación de la fuerza de trabajo, y sólo en virtud de esta condición es que era posible contrarrestar tecnológicamente la caída tendencial de la tasa de ganancia, o en otras palabras, y coronando lo discutido en las conferencias anteriores, que no era debido a la resistencia de los trabajadores a perder sus conquistas laborales logradas en la fase del “auge” keynesiano, sino que la tasa de ganancia se recuperó en virtud de una profundización técnica –la cual por cierto también es vista por Mandel—de las condiciones de explotación, o en otras palabras del aumento de la plusvalía relativa obtenida en el proceso de trabajo subsumido realmente bajo el capital.
Para iniciar la sesión de la mañana del miércoles 9 de octubre, se tuvo la participación del economista y político portugués Francisco Louça, con el tema La teoría de las ondas largas del desarrollo capitalista. La contribución de Mandel y los debates contemporáneos. En su interesante ponencia, se abordó de manera más profunda las implicaciones teóricas y metodológicas en torno al esfuerzo por comprobar empíricamente la Tendencia Decreciente de la Tasa de ganancia (TDTG), así como la evolución que la misma ha tenido a lo largo de la vida del capitalismo como sistema de producción dominante. En esta ocasión, el tema osciló en determinar cómo se puede conciliar la línea de estudio de la TDTG con las líneas de estudio sobre ondas largas inauguradas por Kondratiev: la polémica implícita entre la dinámica capitalista descrita por Marx y aquellas visiones conocidas como schumpeterianas fue un punto central en la discusión.
Después de un breve receso, contamos con la participación del ganador del premio Libertador Simón Bolívar al pensamiento crítico otorgado por el Gobierno de Venezuela (2011), el mexicano Jorge Veraza. En su participación Vigencia de la ley marxista de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia en el análisis de la crisis, habló sobre las implicaciones políticas que tiene el apego “ortodoxo” a la ley TDTG, conectada con la llamada “ley general de la acumulación capitalista” y la teoría del valor-trabajo en Marx. En ese sentido –afirma Veraza—la aportación Marxista constituye ya en sí el núcleo del comportamiento de todo sistema que pueda llamarse capitalista. De esta forma, el proceso de valorización del valor tendería a ser un principio estructurador del comportamiento humano –siempre que hablemos de un “modo capitalista de producción”—que tendería a extenderse cada vez más en las distintas dimensiones de la existencia humana, deformándolas y limitándolas, y el “desarrollo de fuerzas productivas” no estaría exento de este proceso. Al ser la valorización del valor el motor predominante de este desarrollo, la tecnología capitalista tendería a contraponerse con el desarrollo de la vida misma, de ahí la necesidad de la revolución. La importancia de Mandel, para Veraza, radica en que demuestra empíricamente que la LTDG sigue operando, y por tanto, que la afirmación marxista es correcta.
En ese mismo sentido, podemos contemplar la participación del maestro del Instituto de Investigaciones Económicas, IIEc, Luis Sandoval (Las revoluciones tecnológicas y la controversia entre ciclos u ondas largas en la obra de E. Mandel) como una exploración de las tendencias actuales que siguen las llamadas revoluciones tecnológicas como motor del dinamismo capitalista, y el potencial explicativo del término aparentemente ambiguo “Capitalismo tardío”. La demostración contemporánea de que el desenvolvimiento capitalista no tiende al progreso general de la humanidad sino a la destrucción de lo humano, estaría dada por el sentido que han adoptado las revoluciones tecnológicas, y particularmente, la última: la de la conversión energética al llamado “Gas Shale” o de esquisto por encima de posibles tecnologías limpias. Para Sandoval, será necesaria una correlación política para corregir este rumbo.
Llegamos así, en medio de intensa polémica, a la sesión de la tarde. Abrió la sesión la politóloga canadiense Radhika Desai con su ponencia From late capitalism to multipolarity. La Investigadora abrió su participación con un fuerte cuestionamiento a la noción de hegemonía, que según ella, es usada en la actualidad como un eufemismo de dominación, que junto con una fuerte crítica a las teorías “cosmopolitas” que plantean la irrelevancia del Estado-Nación como determinante del acontecer político y económico, constituyeron los supuestos de su planteamiento: el llamado siglo de Estados Unidos, no fue tal, y la presunta bipolaridad del siglo XX, y el posterior mundo “unipolar” dominado por el Imperio Estadounidense no fue otra cosa, sino el tránsito a la multipolaridad, en donde distintos estados regionales han logrado ser el eje articulador de la política y la economía a nivel regional. Según la autora, esto nos lleva a un mundo donde la dominación ha desaparecido, y ante la correlación de fuerzas, cada región se verá a obligada a convivir de una manera más política con las otras.
Por otra parte, Sergio Ordoñez, del IIEc, con la sugerente ponencia Del capitalismo tardío al capitalismo del conocimiento planteó la existencia de un renovado capitalismo en el cual la dominación directa ha sido sustituida por la hegemonía, y el desarrollo tecnológico nos ha hecho entrar en la nueva fase capitalista “del conocimiento” en la que la integración a la línea tecnológica de vanguardia inaugurada por las telecomunicaciones, y en general lo que conocemos como “revolución informática” es la clave para lograr la prosperidad nacional, al amparo de un renovado pacto social que logre constituir un estado fuerte y desarrollista. El aumento de la productividad del trabajo, es entonces la clave para la competitividad y para el ansiado desarrollo económico.
Por último, y en polémica con las ponencias anteriores, Gabriel Mendoza, de la Facultad de Economía, con su ponencia Las ondas largas de Mandel: El poder explicativo de la Tasa de Ganancia defendió la potencia del término “capitalismo tardío” y profundizó en las deficiencias actuales de las discusiones marxistas dentro del ámbito académico en la medida en que “se pasa por alto las irreconciliables diferencias” entre la visión schumpeteriana del desenvolvimiento capitalista, y aquellas que son herederas directas de la tradición marxista”. Para la primera, la innovación individual del sector empresarial interrumpe y anula la LTDG en la medida en que da primacía a la participación individual en el avance tecnológico, mientras que para la otra, el desarrollo tecnológico resultante de la competencia, aunque aumenta la rentabilidad para el capitalista individual, termina por desvalorizar las mercancías producidas, y por ende, al colapso periódico del sistema productivo por un lado, y por el otro, al deterioro de las condiciones de reproducción de la mayoría de la población. Las consecuencias políticas de ambas visiones son tan radicales que para una, la fuente del valor terminaría no en el trabajo sino en el conocimiento, posibilitando la unidad entre el capital y el resto de la sociedad en un progreso perpetuo, y para otra, la dinámica del capitalismo es tan destructiva, que sólo la revolución puede impedir la barbarie a la que se dirige a toda velocidad la humanidad.
El último día de actividades fue abierto con la ponencia del economista inglés Alan Freeman (Evaluación de la contribución de Ernest Mandel a la economía política del mundo actual), quien fuera alumno y amigo de Ernest Mandel. Luego de una breve introducción anecdótica, Freeman nos comenta el contexto histórico y ambiente de discusión en que se escribe El Capitalismo Tardío. El origen de la reflexión de Mandel sobre la LTDTG se sitúa en polémica directa con el impulso neorricardiano que encabezara Piero Sraffa. Para Freeman, el enfoque de Sraffa era nocivo tanto políticamente como desde el punto de vista teórico, ya que lo lleva a desechar la teoría del valor-trabajo y, entonces a plantear, la posibilidad de un capitalismo capaz de regular la sociedad entera en armonía, situación que la experiencia histórica niega. Frente al intento de desechar la teoría de la revolución mediante el argumento de la inexistencia de la esencialidad de la contradicción capital-trabajo, Mandel se posiciona a favor de la teoría del valor –y de la revolución. Este es el motor de las reflexiones no sólo en El Capitalismo tardío sino en sus textos anteriores y posteriores. En ese contexto, nos dice Freeman, se organiza el sistema mundial de acumulación cuyo centro es la apropiación de ganancia extraordinaria. El principal error de Mandel consiste en dar un “giro voluntarista” que lo hace interpretar la movilización social intensa que surge en el periodo1968-89 como una respuesta revolucionaria a las contradicciones crecientes del capitalismo tardío, cuando en realidad fue movilización social sobre todo contrarrevolucionaria.
En la participación del Dr. José Arturo Anguiano, de la Universidad Autónoma Metropolitana, UAM-Xoch, El Estado en el Capitalismo Tardío, nos planteo las dificultades de hacer teoría al calor de la militancia política, como lo hizo Mandel, y que la participación política de Mandel determinó su trabajo teórico. De acuerdo a Anguiano, el Estado es una consecuencia de la división social del trabajo: Su función consiste en mantener la dominación del capital sobre el trabajo, lo que evidencia su naturaleza de clase. Mandel se ocupa sobre todo de cómo el Estado fue convirtiéndose en un instrumento de la acumulación capitalista, y cómo actúa en el contexto del capitalismo tardío: las crecientes dificultades para la valorización que se manifiestan sobre todo en una sobre acumulación de magnitud nunca antes vistas. Ante la inestabilidad que esto genera, el Estado y sus funciones no dejan de acrecentarse para mediatizar estas contradicciones.
Siguiendo el argumento del ponente, la contrarrevolución (neoliberal) del periodo 1968-89 es parte de las contradicciones del capitalismo tardío. La conclusión de Mandel respecto a la función del Estado, era correcta en lo básico: a mayor intervención del Estado en el sistema, mayor es la enfermedad sistémica del capitalismo. Por más que el neoliberalismo aparentara el adelgazamiento del estado, el funcionamiento estatal en realdad se reforzó. Toda la reestructuración de lo que conocemos como "globalización" sigue este esquema del capitalismo tardío, o como también lo llama Mandel, en declinación. Más allá de la polémica sobre esto, o sobre su conclusión apresurada sobre el significado de la movilización social en este periodo, la importancia de Mandel reside en su apreciación de las funciones del estado en el contexto de los ciclos del capital.
Para cerrar la sesión de la mañana, contamos con la participación del Dr. José Gandarilla del Centro de Investigaciones Interdisciplinarios en Ciencias y Humanidades, CEIICH, con su ponencia Estado y Keynesianismo Militar. Para Gandarilla, el proyecto de Mandel, en lo referente a la teoría del Estado en Marx, adolece de una insuficiencia radical: Aunque desarrolla hasta sus máximas consecuencias la teoría del desarrollo desigual y combinado, y logra dilucidar la diferencia constitutiva en la formación de los estados nacionales en términos de su función en el Sistema-Mundo capitalista en lo que gandarilla llama “colonialidad” (la prolongación del colonialismo una vez consolidada la independencia política de ciertas naciones) no profundiza de igual manera en la “politicidad” del Estado, sino que lo concibe sólo en su función económica. Esto no le permite ver que el Estado es capaz, en ciertos momentos de constituirse como reflejo de los deseos de su sociedad. No le permite ver que la conversión de fuerzas productivas en destructivas acarreadas por la militarización de la economía es sólo uno de los momento posibles de la estatalidad, y que en la búsqueda de la emancipación el Estado también puede jugar una función revolucionaria en la medida en que cristaliza una determinada correlación de fuerzas de la lucha de clases.
Para la última sesión de este encuentro de reflexión y análisis, se contó con una participación estelar: la del profesor emérito de la Universidad Libre de Berlín Elmar Altvater, quién nos presentó la ponencia Ernest Mandel in disseminating Marxist theory in post-war Europe. De acuerdo al ponente, el ambiente en el que reflexiona Mandel está dominado por la tergiversación del marxismo para adecuarlo a una ideología de Estado: la del totalitarismo soviético. La censura que los partidos comunistas, que seguían la línea de Moscú, impidieron que este autor fuera conocido no sólo en Europa occidental y en la URSS, sino en una buena parte del mundo. Frente a la “ortodoxia” del “marxismo-leninismo” oficial, Mandel defiende una ortodoxia marxista que intenta apegarse al contenido profundo de la teoría marxista de la revolución. Esto le vale ser censurado en el mundo comunista, y perseguido por dos frentes: el centro hegemónico capitalista que intenta erradicar el marxismo, y el bloque soviético. Acosado de esta manera, Mandel fue un parteaguas frente a esta doble censura. Es un autor invaluable en la medida en que su influencia permitió el desarrollo del pensamiento marxista en este ambiente adverso que era la Europa de posguerra.
En la siguiente participación de esta sesión, contamos con la participación del dirigente político Manuel Aguilar Mora, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, quien tradujera El Capitalismo Tardío, discípulo y camarada fiel de Ernest. Para Manuel, la importancia de Mandel reside en que su pensamiento se ocupó no sólo de la cientificidad, sino que, siguiendo la línea de Marx, Lenin y Trotsky, concibió la reflexión teórica y la búsqueda de verificación empírica como parte de un proceso de pensamiento orientado a la acción: a la transformación revolucionaria-proletaria del mundo. Más allá de si sus conclusiones y planteamientos son válidos aún, este método de concebir el esfuerzo en la reflexión teórica como parte de un proceso teleológico, puede y debe ser emulado por quienes se dicen sucesores del legado de la tradición marxista revolucionaria, máxime cuando el Siglo XX, en el que escribió Mandel sus reflexiones, presenta en su significado una profunda ambivalencia: la de ser tanto el siglo de la revolución como el de su fracaso a manos de las fuerzas reaccionarias y reformistas. EL aparente optimismo de Mandel, es en ese contexto, fiel a su búsqueda de las oportunidades revolucionarias en cada coyuntura, aunque estas no se hayan realizado.
En la última intervención, culminando este encuentro de reflexión y homenaje, tuvimos la oportunidad de escuchar al Dr. Alejandro Gálvez Cancino, UAM-Xoch, con su ponencia Atraso económico y explotación entre países con distinto nivel de desarrollo. Primero nos introdujo en la importancia de continuar el sendero que marca desde El Capital de Marx hasta El Capitalismo Tardío: se inscribe dentro de la negativa de Mandel a hacer marxismo de manual. Mandel escribe, usando el método de Marx para verificar si cien años después lo esencial de lo dicho por él, era aún vigente. Esto es importante, según Cancino, porque sólo la doctrina económica marxista permite un acercamiento fiel a las distintas ciencias humanas en la medida en que no busca construir un discurso autojustificativo, sino su crítica. El balance que nos entrega el trabajo de Mandel, según Cancino, es que la tendencia a la polarización de la creación de riqueza y pobreza en escala ampliada, tal como lo señaló Marx, sigue verificándose en medio de las fluctuaciones de los ciclos económicos.
Mandel preveía, al final de los 60, un periodo de crecimiento lento para los países desarrollados y de decrecimiento convulsivo para los países atrasados. Los sucesos de las décadas posteriores, le confirmarían que las “capacidades adaptativas” del capitalismo, tenían un límite: no eran absolutas, no conducen a la armonía del sistema ni a la eliminación de la pobreza creciente. La importancia de los llamados “países atrasados” es vital para el sostenimiento del sistema capitalista no sólo por el inmenso flujo de recursos que aportó durante los momentos constitutivos del sistema capitalista en el mundo durante el periodo colonial, sino porque ese flujo de recursos continúa hasta la actualidad y es la administración de éste lo que permite a los ganadores dentro del sistema, desplazar las contradicciones fuera de su territorio, pero advierte: esta posibilidad de desterritorializar los efectos sistémicos de accionar del modo capitalista de producción es también limitado tanto por la lucha de clases como por la posibilidad de continuar expandiéndose en un espacio físico limitado y sujeto a determinadas leyes naturales. En ese sentido, nos dice Cancino, las intuiciones de Mandel, siguiendo a Marx, apuntaban ya a la inminencia de la crisis ambiental. La participación del Investigador de la UAM, finaliza con la convocatoria a continuar profundizando la obra de Mandel para rescatarlo no sólo como legado, sino para contrastar la validez de sus afirmaciones, muchas de las cuales, son vigentes, junto con las de Marx, hasta nuestros días.
En resumen, a lo largo de las seis sesiones que se sostuvieron los días 8, 9 y 10 de octubre de 2013, tuvimos la oportunidad de encontrarnos con una amplia gama de discusiones nodales para el pensamiento económico marxista, siendo discutidas por autores de talla internacional. Ya sea las discusiones en la tradición del marxismo clásico u ortodoxo: reforma, revolución y barbarie, o las correspondientes al análisis del acontecer de la realidad actual: nueva fase del capitalismo, crisis del Estado nacional, nuevas trayectorias tecnológicas. El pretexto del análisis de El Capitalismo Tardío nos abre la puerta para un universo de discusión teórica, el legado de Marx, que en sus fundamentos, a la hora de contrastarlos con la realidad que vivimos hoy, nunca han sido, a la vez, tan viejos, y tan pertinentes para comprender nuestro presente y esbozar nuestras posibilidades de futuro.
Realizó: Armando González Díaz