Mesa 4: Contribuciones del pensamiento latinoamericano y sus limitaciones

Ramiro y Brandão: “Hacia una arqueología dinámica del pensamiento estructuralista del desarrollo latinoamericano”

En este trabajo, Ramiro y Brandão se hacen una serie de preguntas tales como: ¿cómo recuperar elementos dinámicos del pensamiento estructuralista? ¿Cuáles son los aportes del estructuralismo para explicar la desvinculación de las políticas públicas con el desarrollo? ¿Qué aporta el estructuralismo? Los ponentes destacan la importancia de recuperar el pensamiento latinoamericano, considerando el contexto dinámico, no estático, de los elementos con los que éste trabaja. Señalan la forma en que el estructuralismo latinoamericano incorporó a su análisis elementos conceptuales como industrialización y generación de núcleos de desarrollo endógeno configurados en otros tipos de capitalismo como los de países desarrollados. Ante ello se proponen la integración de elementos a lo ya conocido en el pensamiento latinoamericano, a lo que llaman un proceso “Hacia la originalidad de la copia”, en donde se destacan 6 elementos: a) reconocer explícitamente la dinámica contradictoria de la reproducción capitalista; b) proceso ciclo-sistémico-histórico de reestructuración de espacio-tiempo; c) reestructuración más reciente del espacio temporal; d) nuevos campos estratégicos de reproducción (financiarización, recursos naturales); e) dinámicas (multi)escalares; f) el papel del estado. Reconocen un sistema con una estructura de poder y dominación, y ubican la discusión del desarrollo en ese contexto. También consideran que el pensamiento estructuralista nace para dar seguimiento a las políticas de desarrollo económico en Latinoamérica. Los ponentes resaltan la importancia de las potencialidades y límites de esta escuela del pensamiento después de tres grandes fases históricas: la década de 1980, conocida como la década perdida; la década de 1990; y la primera década de los años 2000, en donde se plantea la continuidad o el replanteamiento de la lógica del contexto global actual. Guillén: “Del estructuralismo latinoamericano al nuevo desarrollismo: viejos y nuevos problemas”

Arturo Guillén: “Del estructuralismo latinoamericano al nuevo desarrollismo: viejos y nuevos problemas”

Guillén señala que a partir del triunfo de Chávez en 1999 y Lula en 2002 se suscitó en América Latina  una serie de cambios políticos, que trajeron planteamientos novedosos en materia de políticas de desarrollo para la región y que  dieron origen a un polo progresista encabezado por Brasil y Venezuela y a un polo neoliberal encabezado por México y algunos otros países como Colombia y Perú.  Su reflexión se centra en torno a la pregunta sobre ¿hasta qué punto las contribuciones originales del estructuralismo latinoamericano siguen vigentes o no? Y en definir ¿qué significa el nuevo desarrollismo?

Destaca la vigencia que tienen las tesis fundacionales del estructuralismo latinoamericano para entender la situación actual de América Latina; por ejemplo, la tesis del estancamiento de Celso Furtado.

Explica además, la dinámica que se dio tras la inserción del neoliberalismo y el consenso de Washington como un modelo diseñado para valorizar el capital monopolista financiero y los problemas que este modelo trajo a largo plazo.

Destaca también el papel de dos ideas fundamentales del nuevo desarrollismo: la primera rechaza el crecimiento basado únicamente en el ahorro externo. La otra plantea la necesidad de  establecer políticas macroeconómicas favorables al crecimiento y al empleo.

Señala como necesaria, para los países de América Latina, una estrategia dual que promueva exportaciones y que sustituya importaciones, que abra una política macroeconómica cambiaria y permita tener un tipo de cambio competitivo. Pues estos siguen insertos el modelo neoliberal, aunque algunos han construido estilos de desarrollo que se diferencian de otros, no se han roto aún las políticas pro cíclicas lo que hace que la dinámica de estancamiento perdure. 

Rebeca Ramírez: “Visiones críticas latinoamericanas: ¿desarrollo, neodesarrollo o posneodesarrollo”?

Rebeca Ramírez plantea tres visiones críticas a partir del fracaso del modelo neoliberal. El primero incluye las que, tomando el territorio nacional como elemento central, organizan la posibilidad de futuro a partir de agendas de desarrollo por sectores de la economía que incidan en las políticas públicas de gobiernos entrantes; en el segundo, se incluye a las que inciden en la crítica a los paradigmas impuestos en la globalización anglosajona u otras nacionalidades en donde se establecen posibilidades de insertar la lucha contra la dependencia económica desde lo local y desde América Latina. El tercero, incluye a las ubicadas en lo que se llama posdesarrollo, y analizan la transformación profunda de las ideas desarrollistas a través de espacios culturalmente definidos, resignificando el concepto no sólo en su dimensión territorial y económica, sino poniendo el énfasis en la cultura y lo social.

Núñez, Del Valle, Jasso: “Contribuciones del pensamiento latinoamericano y sus limitaciones en torno a la innovación”

Núñez, Del Valle y Jasso exponen sus ideas del pensamiento latinoamericano en el contexto actual: hacen una crítica a la relación centro–periferia se cuestionan ¿Cómo caracterizar las relaciones centro–periferia en la globalización y sociedad del conocimiento? ¿Es repetible el salto tecnológico como lo hizo Corea, Japón y antes EUA? También plantean sus críticas al papel del Estado, cuestionando la manera en la que debería lidiar con el problema de los incentivos a la innovación y el carácter cada vez más privado de la propiedad del conocimiento. Cuestiona también el modelo productivo endógeno cuestionando la manera en la que se pondrá en práctica en un contexto dinámico global que exigente abatir barreras nacionales en el Sur.

Matthias Ebanau: “Neoliberalismo, neodesarrollismo y variedades de capitalismo en América Latina: una perspectiva desde la economía política crítica”

Ebanau plantea una discusión en el marco de la literatura de Comparación de Capitalismo (CC), dentro de la cual se inserta el enfoque de variedades de capitalismo (VOC). Propone un aggiornamiento del mismo -en tanto ha sido concebido por y para entender el desempeño de las economías centrales- a partir de poner en diálogo este enfoque con el pensamiento neo-desarrollista latinoamericano, a fin de que se convierta en una herramienta analítica útil para considerar los desempeños diferenciados de distintos países de estas latitudes. Toma como referentes de este enfoque de variedades de capitalismo, que involucra políticas de desarrollo en América Latina, a algunos autores brasileños como Bresser-Pereira, Boschi, Gaitán, quienes configuran nuevas tipologías identificando distintos arreglos institucionales que viabilizan diversos desempeños en países históricamente no centrales: modelo de economía liberal -dependiente (América Latina) y modelos desarrollista (Asia). Centrándose en Latinoamérica y viendo cómo sus diferentes países han podido avanzar desde un modelo de economía liberal dependiente hacia otro desarrollista -más virtuoso-, debate con los autores mencionados para quienes Brasil y Chile estarían progresando hacia dichos modelos, Argentina estaría haciendo el intento y Colombia y México ni siquiera lo procuran. Según estudios realizados por él y su equipo, luego de trabajar con datos estadísticos relativos a esferas centrales para identificar distintas configuraciones institucionales (como por ejemplo: tasas de crecimiento, composición de la estructura productiva, cuentas externas, participación sindical, niveles salariales, niveles educativos, pobreza, desigualdad etc.), considera que Argentina ha sido el país que más ha podido acercarse hacia modelos desarrollistas. Plantea, finalmente, la necesidad de avanzar en este enfoque de variedades de capitalismo que involucra políticas de desarrollo en América Latina, a partir de incorporar perspectivas de las teorías de la dependencia, de los enfoques regulacionistas y de perspectivas de desarrollo centradas en el trabajo humano.

Carlos Brandão: “Que elementos resgatar do pensamiento critico latinoamericano para pensar a produçao social do espaço hoje?”

Brandão señala como prioritaria la necesidad de una articulación entre teoría de decisiones intertemporales, teoría de estratificación social y teoría del poder, pensando siempre desde América Latina; a la vez plantea que el pensamiento crítico latinoamericano es un patrimonio que exige ser valorizado y actualizado para huir de modelos importados, también exige no caer en colonización intelectual ni en la pérdida de creatividad, para pensar en la diversidad y pluralidad latinoamericana y no caer en generalizaciones. Plantea que existe un predominio actual de la “hegemonía de la pequeña política”, lo que dificulta el tratamiento de las cuestiones estructurales (“gran política”, en términos de Gramsci). En el Pensamiento Crítico Histórico-Estructural Latinoamericano (PCHELA) confluyen diversos autores (Prebisch, Furtado, Tavares, Pinto, Marx, Schumpeter, Coraggio, Rofman) que pueden contribuir en una integración, pues se ha perdido la capacidad crítica de pensar espacialmente. Por eso Brandão considera que en esa revalorización, es necesario poner énfasis en la dimensión espacial, en múltiples escalas de análisis acción, y en el rol del Estado (algunos aspectos que no habían sido centralmente problematizados por el pensamiento latinoamericano originario). En este sentido, reconoce la necesidad de articular el pensamiento crítico histórico- estructural latinoamericano con la escuela de la regulación y con el planteamiento de variedades de capitalismo, escalas, entre otros. América Latina tiene varios desafíos: crecer, desactivar la máquina de reproducción de desigualdades, valorizar la diversidad latinoamericana y pelear contra la fragmentación inter-regional. En particular, las escalas espaciales tienen una gran complejidad y son claves para incorporar al análisis de los roles del Estado, de las capacidades gobernativas; el Estado tiene dificultad de alcanzar las localidades de los eventos reales y debe apoyar en la construcción de ciudadanía (no como ha ocurrido en Brasil en los últimos años, donde se ha avanzado en procesos de despolitización).